TIEMPO DE SABER QUE ES CUESTION DE TODOS LOS DIAS!

Navidad y Año Nuevo, celebraciones tan diferentes y, sin embargo, ambas despiertan el mismo tipo de sensaciones y emociones relacionadas a las ausencias inevitables  (muertes físicas o afectivas, distancias territoriales) , y a las ausencias evitables, propias de malentendidos, disputas familiares, juicios desacertados, distancias elegidas y decididas, que ponen fin a los lazos de afecto.

Navidad! Despliegue profuso de regalos, árboles adornados, luces multicolores que encienden y apagan… y la imagen repetida de un señor de barba blanca, panzón, que carga una gran bolsa roja, vestido con ropas invernales en nuestro caluroso verano.

Navidad! Celebración que conmueve pero…¿ por motivos realistas u oportunos?

¡Como si esta fecha de recogimiento e introspección tuviera que ver con estridentes explosiones y fuegos artificiales, o con una mesa colmada de coloridos manteles y adornos brillantes, donde un gran banquete de ricas y exuberantes comidas tienta a los comensales a abandonar sus dietas y cuidados, para entregarse al placer de los sabores ofrecidos y del buen vino!

Los regalos, una buena y acogedora mesa con colores alegres, un plato de comida hecha con amor, los amores presentes, los saludos solícitos, el entusiasmo puesto en servir… deberían ser una alternativa para cada día del año.

Por otra parte, no hay fechas determinantes para los placeres ni para los duelos… Los afectos se disfrutan cuando se goza de su cercanía, o se lloran cuando se siente la privación de su presencia!

El festejo de Año Nuevo trae consigo, asimismo, una suerte de balance “inevitable” , y luego de una puesta en claro de las cifras en el “debe” y el “haber”, solemos sentir que el “saldo” de los logros son insuficientes  para opacar los “pendientes” o las “deudas” con nosotras mismas…

Mis preciosas y queridas Mujeres :  este pequeño espacio donde, durante tantos encuentros,  hemos pasado de la reflexión a la risa, de la risa al llanto, del llanto al “darnos cuenta” , del “insight” a la introspección, y de ésta a la acción…, es una pequeña muestra de que sabernos vivas y dignas de vivir nuestra estancia en la tierra con intensidad, sin desperdiciar ni un instante, no es cuestión de un día o de un tiempo establecido, ¡es cosa de todos los días!