TIEMPO DE SER COMO LAS HORMIGAS

Caminábamos, mi esposo y yo, por el parque de un hotel, cuando llamó mi atención una serie de movimientos sutiles en el suelo. Necesité agudizar mi vista para darme cuenta de qué se trataba: eran cientos de hormigas formadas en dos filas.

En una fila venían las hormigas cargadas con hojas de distintos tamaños, en la otra fila, muy cerquita de la anterior, volvían innumerables hormigas sin carga alguna.

El caminito se trazaba con gran claridad en medio del césped por lo que deduje que lo habrían recorrido muchas veces.

Seguimos avanzando al costado del sendero marcado… diez metros… veinte metros… treinta metros… y la travesía continuaba aún más allá.

Nos impactó el extenso recorrido que esas diminutas obreras peregrinaban sin detenerse, una detrás de la otra, en una perfecta caravana de ida y de vuelta.

Fue entonces cuando, recordé las palabras del rey Salomón:

“Observa a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos y sé sabio”

                                                            Proverbios 6:6 ( La Biblia)

¡Cuánto podemos y debemos aprender de estas pequeñas criaturas!

Sin pereza emprenden su viaje, organizadas y unidas, con un fin común.

Tenaces y persistentes van hacia el mismo lugar, con su cargamento a cuestas que han de almacenar en su hormiguero, para luego regresar en busca de más víveres para el invierno.

La providencia, la camaradería y la tenacidad, parecerían ser los estandartes que llevan en su arduo y silencioso viaje.

Como la hormiga, una mujer, con una disposición anticipada y preventiva, coronada con cualidades como la constancia y la laboriosidad… puede construir su presente y preparar su futuro exitosamente; sólo tiene que saber hacia dónde desea ir.

Querida Mujer: en este “dirigirte hacia” donde ambicionas, contar con una adecuada red social, de apoyo y contención, que te proponga aunar esfuerzos para alcanzar la meta, no es poca cosa. Quienes te aman bien, las personas que comparten tus valores, las que se alegran con tus logros y las que se complacen de ser parte de tu historia , son como aquellas hormigas que van detrás, con su propio bagaje, empujándote suavemente para que no te detengas.

Vale la pena unos minutos de reflexión:

Voy hacia dónde quiero ir? Cuento con un buen número de compañeros de ruta que van sosteniendo y alentando mis pasos? Son suficientes las fortalezas que utilizo para transitar la extensa aventura de vivir? ¿Llevo, en mi equipaje, lo necesario para establecer mi posición como mujer firme y prudente? Lo que almaceno en esta vida ¿sirve para consolidar mi presente, y trazar mi mañana, como mujer realizada y completa? Hago todo lo necesario, sin pereza, para ser feliz?

Un SI como respuesta a cada uno de estos íntimos interrogantes es a lo que debemos aspirar.

Propongo, entonces, con gran vehemencia, que trabajemos juntas para conquistar los SI que necesitamos en pos de nuestro fin común: ser mujeres bienaventuradas.